2/9/09
cantaremos
TATIANA LOBO, CHILENA NACIONALIZADA COSTARRICENSE, 1939
Me agrada que me digan que soy histérica porque entonces puedo
Lanzar los platos a la cabeza de quien intenta hacerme daño.
Me gusta que me llamen bruja porque puedo quemar el lecho
Donde me abusan.
Me gusta que me llamen puta,
Porque entonces puedo hacer el amor con quien me dé la gana.
Me gusta que me digan débil,
Porque me recuerdan que la unión hace la fuerza.
Me gusta que me digan chismosa,
Porque nada de lo humano me será ajeno.
Pero lo que más agradezco, lo que más me agrada, lo que más
Me gusta y lo que me hace más feliz es que me digan loca,
Porque entonces ninguna libertad me será negada.
Me agrada saber que mi cerebro es más pequeño que el cerebro del hombre,
Porque entonces mi cerebro cabe en todas partes.
Me agrada que me digan que carezco de lógica,
Porque entonces puedo crear una lógica menos fría y más vital.
Me agrada que me digan que soy vanidosa, porque puedo mirarme al espejo
Sin sentirme culpable.
Me agrada que me digan que soy emocional
Porque puedo llorar y reír a gusto.
Una y mil veces me quemó la Inquisición
Y aprendí a nacer de las cenizas.
Me encerraron en un harén
Y encerrada no dejé de reír.
Me pusieron un cinturón de castidad
Y adquirí las artes de un cerrajero.
Cargué fardos de leña
Y me hice fuerte.
Me pusieron velos en la cara
Y aprendí a mirar sin ser vista.
Me despertaron los niños a medianoche
Y aprendí a mantenerme en vigilia.
No me enviaron a la Universidad
Y aprendí a pensar por mi cuenta.
Transporté cántaros de agua
Y supe mantener el equilibrio.
Me extirparon el clítoris
Y aprendí a gozar con todo el cuerpo.
Pasé días bordando y tejiendo
Y mis manos aprendieron a ser más exactas que las de un cirujano.
Segué trigo y coseché maíz, pero me quitaron la comida
Y con hambre aprendí a vivir.
Me sacrificaron a los dioses y a los hombres
Y volví a vivir.
Me golpearon y perdí los dientes
Y volví a vivir.
Me asesinaron y me ultrajaron
Y volví a vivir.
Me quitaron a mis hijos y en el llanto
Volví a la vida.
Agradezco ser un animal porque los hombres han puesto en peligro
La supervivencia del planeta.
Agradezco ser hembra, porque el hombre no es el centro del universo,
Sino apenas un eslabón más en la cadena de la vida.
Agradezco que me digan que soy irracional, porque la razón
Ha conducido a los peores actos de barbarie.
Agradezco no haber inventado la tecnología,
Porque la tecnología ha envenenado el agua y el ozono.
Agradezco que me hayan colocado más cerca de la naturaleza,
Porque nunca estaré sola.
Agradezco que me hayan confinado al hogar y a la familia,
Porque puedo hacer de toda la tierra, mi hogar y mi familia.
Estoy feliz de que me llamen ama de casa
Porque puedo apoderarme de la mía.
Estoy feliz de no ser competitiva,
Porque entonces seré solidaria.
Estoy feliz de ser el reposo del guerrero,
Porque puedo cortarle el pelo mientras duerme.
Estoy feliz de que me hayan excluido del campo de batalla,
Porque la muerte no me es indiferente.
Estoy feliz de haber sido excluida de este poder patriarcal,
Porque lejos de éste, me alejo de la ambición y la codicia.
Estoy feliz de que me hayan excluido del arte y la ciencia,
Porque los puedo inventar de nuevo.
Con tantas fortalezas acumuladas, con tantas habilidades y destrezas aprendidas,
Mujer, si lo intentas, puedes volver el mundo al revés.
TATIANA LOBO, CHILENA NACIONALIZADA COSTARRICENSE, 1939
Safo A Cleis Luz Mendez De La Vega
Me amo en ti,
y
en tu figura,
me miro,
transformada
con la forma de mi sueño.
Al acariciarte
es mi reflejo
el que acaricio
narciso
en el espejo de tu cuerpo.
Me miro, así,
toda yo
vuelta carne tuya,
belleza que amo,
seda que acaricio
en tus mejillas.
Sabor de tu piel
en la blanca corola
de tus senos
y en la oscura y dulce fruta
de tu sexo.
Lenta y deleitosa
te recorro
con mis dedos
más sabios en
formas que los de Fidias,
y vuelvo un
cinturón de oro
mis brazos en torno
a tu cintura,
mientras ávidas
mis piernas
-como lianas-
se enredan en las tuyas
al tiempo que no hay límite
entre tu boca y la mía.
¿Tú o yo?
¿Cuál soy?
¿o cuál tú eres?
Fundidas en el placer
todo se borra,
y sobre el lecho, entre
los deshojados jacintos
de las rotas guirnaldas
-con que nos adornamos
para el íntimo festejo-
sólo sé
que soy llama
encendida en tu aliento.
Enajenada en ti
sin tiempo
y sin fronteras.
Perdida el borde de mi cuerpo,
en las oscuras aguas
del orgasmo,
me entrego hasta morir
en tu belleza.
acción...y poesía
Soy india Patricia Karina Vergara Sánchez
Soy india.
Morena, chata de la cara,
en un país
obsesivamente racista.
Soy lesbiana,
en una nación
que compulsivamente me persigue.
Insisto,
en la libertad de decidir sobre mi cuerpo,
en territorio
de quienes realizan leyes
que buscan doblegarme.
No creo en su dios,
aun cuando habito un Estado
opresivamente católico.
Invoco a las diosas,
dentro de un patriarcado
que hace miles de años intenta ocultarlas.
Participo en la lucha laboral,
de un pueblo
ya comerciado y en las manos del patrón.
Conozco la importancia
de la labor contestataria,
cuando en mi patria
se encarcela a quien disiente.
Soy antiimperialista,
viviendo al lado de Bush.
Soy gorda,
en la cuna
de la tortura estética,
de la anorexia y de la bulimia.
He dado a luz,
en una era
que acabó con la esperanza,
ya hace tiempo.
Le apuesto a la lucha libertaria,
en el reino del televisor.
Soy pobre,
en un planeta
en donde comen migajas
tantos millones de pobres.
Soy feminista,
en una tierra hostil
a la palabra mujer.
Soy mujer.
En un tiempo
en que el feminicidio
nos ha vuelto desechables.
Por supuesto,
dicen que estoy loca,
extremadamente loca.
Que soy rara, que me he vuelto extraña.
Que no tengo lugar en el mundo.
Entonces, no me queda de otra:
Tengo que darle nombre al racismo,
que señalar el desprecio,
que elegir sobre mi vida,
que armarme antipatriarcal,
que inventar la fe para dársela a mi hija,
que rebelarme contra el patrón,
que escribir por la libertad a las presas políticas.
que denunciar al imperio,
que amar mi cuerpo,
que apagar el televisor,
que mostrar mis bolsillos,
que actuar contra la misoginia,
que buscar justicia para las mías,
que demandar castigo a los asesinos.
Es por todo ello,
que no tengo más remedio
que darles la mala noticia
a las buenas y tranquilas conciencias:
Estoy aquí.
Exigiendo a gritos,
la parte que me corresponde del mundo.
Y no voy a callarme la boca, ni a desaparecer.